Siempre es una satisfacción poder contar con un álbum nuevo de uno de los múscos más importantes de la música latina y mundial de las últimas cinco décadas. Y literalmente hacemos esta afirmación porque Caetano Veloso editó su primer disco en el lejano 1967.
La música popular brasileña no sería la misma sin su aportación, ni tampoco con la de sus coetáneos como Milton do Nascimento, Gilberto Gil o Chico Buarque... ya que entre todos han escrito con letras de oro la historia musical contemporánea de ese país.
"Meu Coco" nació como otros muchos proyectos, en medio del Covid-19, suspendiendo una gira ya prevista y verse inmerso en nuevas composiciones para grabarlas en su estudio de casa.
Cada pista del nuevo álbum, y ya van ciencuenta, tiene su propia e intensa vida. El single "Anjos Tronchos" tiene esas guitarras desgarradas que tanto le gustan, incluso el sonido es similar al de su anterior trabajo "Abraçao", un tema excelente, de lo mejor que compuso el de Santo Amaro recientemente.
No
nos podemos olvidar que este disco es el primero en 10 años con música
nueva. Y vaya si lo ha aprovechado, porque hay maravillas como "Ciclamên
de Líbano", quizás el mejor tema del álbum. Una composición que te
envuelve en una atmósfera de la que no puedes salir, y en la que por
momentos parace mimetizarse en un Franco Battiato desaparecido
recientemente.
Pero tampoco podemos dejar de lado "Sem Samba Não Dá", una samba con acordeón fusionada con country, original y sencilla. Y en “Não Vou Deixar”, otro temazo, se atreve con una base de rap con una letra de rechazo a la opresión política.
"Meu Coco"
no deja de ser un viaje interior a la cabeza de Caetano, todo un
universo que a sus 79 años sigue dando que hablar, no por su pasado,
sino por su brillante presente. Sigue llevando ese halo eterno y universal que lo diferencian de los demás. Es capaz de
hacer de la "tropicália" un género que va más allá.
Un disco exquisito.
Y como recomendación para los que no estéis en este mundo de Caetano, sugerimos que escuchéis su álbum de 2004 "A Foreign Sound", un viaje a su manera de entender la múscia a través de versiones de clásicos contemporáneos, incluso atreviéndose con Nirvana. Una delicia.
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