Esta semana se cumplen 14 años de la edición del segundo álbum de los de Shefield.
Su ópera prima publicada el año anterior ‘Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not’ abrió la caja de pandora de un grupo integrado por casi cuatro adolescentes que se toparon con un éxito que no se esperaban. Ni ellos ni nadie.
Esas canciones directas, potentes, gamberras y revolucionarias, pero no exentas de calidad , conectaron rápidamente con un público que buscaba algo a lo que agarrarse después de que The Libertines se fueran apagando por los líos de un Pete Doherty que parecía que había dado ya lo mejor de sí.
"My Favorite Worst Nightmare" 2007 es posiblemente el patito feo de la discografía de los de Alex Turner, incluso por encima de su último trabajo hasta la fecha, "Tranquility Base Hotel & Casino" 2018, maravilloso y desconcertante a la vez, pero también incomprendido.
Tres años después de su lanzamiento y con otra perspectiva se ve claramente que fue una apuesta del propio Turner por querer profundizar en los sonidos que llevaba con su amigo Miles Kane en The Last Shadow Puppets.
Hay que poner en el "debe" de la banda su apuesta por no hacer nunca un disco igual que el anterior. Si los dos primeros marcaban ese estilo urgente que ya los empezaba a encasillar, a partir de "Humbug" 2009 dieron un golpe en la mesa. Se tomaron dos años de pausa y recondujeron el camino que los llevó hacia éxito. Y vaya si lo consiguieron...la historia ya la sabemos, luego vino el brillante y popero "Suck it and see" 2011 y su obra maestra de 2013 "A&M".
Pero hoy hablamos de "My Favorite Worst Nightmare", de ese "olvidado trabajo" que la primera semana vendió más de 200.000 copias, números que hoy en día resultan quiméricos, y donde ya se veían atisbos de esos Artic más evolucionados.
Un ejemplo es la maravillosa "505", un tema atmosférico, hermoso y desgarrador escrita por el mismo Alex en plena gira americana, en el trayecto de tren de Philadelphia a Nueva York para encontrarse con la que era su chica por aquel entonces.
Pero no nos podemos olvidar de "Brainstorm", una descarga de fuerza descomunal con la que siguen incendiando sus conciertos , "Teddy Picker" y "Old Yellow Bricks", dos temas que ya son clásicos y que nunca se olvidan de ellos en sus directos.
Y por supuesto esa canción pop redonda que es "Fluorescent Adolescent" a la que te enganchas a la primera.
Recomiendo que lo pongas de principio a fin y disfrutes de esos Arctic Monkeys primigenios e imberbes, donde el talento de un jovencísimo Alex Turner iba creciendo y se atisbaba la gran estrella que es hoy en día. Uno de los grandes del rock del siglo XXI.
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